Los intentos tibios deben ser causantes de una buena parte del fracaso emprendedor. Mucho se habla de la falla o debilidad en la ejecución de los equipos emprendedores, pero no tantos han intentado profundizar sobre sus causas y cómo mitigarlas. Este es un tema que lo he observado en cantidad de emprendimientos, pero que también lo he vivido en carne propia, en proyectos que quedaron por el camino o que todavía sigo gestando.
Me encuentro con muchos emprendedores que, años después de haberlos conocido, desistieron de su idea, o peor aún, siguen en el mismo lugar que cuando los conocí, sin haber avanzado en nada muy relevante. En muchos casos, el problema no radicaba en la idea, sino que nunca le dieron la oportunidad suficiente, para que tenga éxito. Fueron intentos tibios; cañitas voladoras con poca pólvora que nunca despegaron ni levemente de la botella.
Soy un gran defensor de comenzar emprendiendo de manera part-time, si bien ello me ha valido alguna crítica importante de participantes de nuestro ecosistema emprendedor. Emprender part-time, no solo es una forma común de “bootstrapping” (autofinanciarse, mientras empiezas a hacer girar la rueda de las ventas en el negocio) sino como una manera válida y efectiva de testear si verdaderamente existe un negocio, luego de que el enamoramiento enceguecedor del emprendedor por su idea, toma la perspectiva de la realidad del mercado.
Sin embargo, la tibieza de la que hablo, no radica únicamente en dedicarle insuficientes horas a la semana al nuevo emprendimiento. Los motivos (o excusas, a veces muy válidas) para no darle oportunidad suficiente a una idea, pueden ser variados y de acuerdo a cada persona. Pero las causas yo las resumo en 4 conceptos sencillos, pero fundamentales, a los que marketineramente denominé DIETA: la Dirección, la Intensidad, el Entusiasmo, la Tarea, y la Ambición.
La DIRECCIÓN consiste en saber hacia dónde caminar y plantearse objetivos concretos, medibles, realistas y realizables en determinado plazo. Implica tener una visión de negocios clara y compartida dentro del equipo, pero también qué metas intermedias y qué resultados marcan hitos relevantes para su cumplimiento.
La INTENSIDAD, medida en tiempo, energía, frecuencia y foco. Aquí se trata de generar impacto en el emprendimiento. Hasta la gota insignificante de agua pero que persistentemente cae sobre el mismo punto en la roca, la termina quebrando. Tal vez aquí la energía no sea gran cosa, pero la frecuencia persistente con el paso del tiempo, y el foco, acumulativamente hacen la diferencia.
Una lupa que no se enfoca, no quema. Por ello debemos proponernos avanzar a paso constante, y ello implica no dejar pasar un día que no se haga alguna acción concreta y relevante por el emprendimiento; pueden ser cosas tan sencillas y poco demandantes en tiempo como: un llamado a un actor clave, un mail pidiendo cotización a proveedores, una visita a un potencial cliente.
El ENTUSIASMO refiere a la carga e involucramiento emocional del emprendedor (o equipo emprendedor) que genera un fuerte compromiso con su proyecto. Sin pasión, cualquier dificultad que surja representa un freno que, si no se cuenta con el empuje extra de creer y amar lo que se hace, termina minando sus chances de éxito.
El tercer concepto clave es el de la TAREA asumida, que implica privilegiar lo importante frente a lo trivial, aún si fuera urgente. ¿Cuántas veces nos llenamos de tareas y sin embargo, no avanzamos? El mayor enemigo de la tarea asumida es la procrastinación, que en buen romance significa: “patear para adelante” lo importante.
Una herramienta útil es el viejo “to do list” (o lista de chequeo). Es una herramienta de planificación simple: una lista de tareas diarias a cumplir en cada jornada, ordenadas por relevancia y por tipo (ej. todos los mails o llamadas, hacerlas de corrido en determinado horario). Si queremos comernos un elefante, debemos cortarlo en pequeños pedacitos. Cuántos pedacitos podremos comernos cada día o cada semana, dependerá de nuestra disponibilidad y dedicación en el negocio, pero saber qué pedacito comer para lograr el objetivo y metérselo efectivamente en la boca para masticarlo y tragarlo, son dos principios clave para avanzar.
Y por último, el concepto de AMBICIÓN; he visto equipos naufragar, por falta de ambición en la visión del negocio y en las metas fijadas. Esa falta de ambición lleva, muchas veces, a que otros “copiones de ideas” se lleven el premio mayor. La falta de ambición se nota en emprendedores que son extremadamente cautos en cada paso que dan, o que no se animan a vender lo que tienen, o demoran en pedir ayuda (llámase inversión) y conformar buenos equipos de manera de incursionar en mercados más grandes.
Recuerda que, aún comenzando de manera part-time, tienes alrededor de 40 horas semanales para dedicarle al emprendimiento. Hagas lo que hagas, dale una verdadera oportunidad de éxito a tu proyecto, antes de descartarlo. Haz DIETA y no seas tibio en tus intentos.